El triángulo vital
«El triángulo vital» es un ensayo de Mario Arvelo inspirado por las fotografías que aparecen en «Fiat pisces», de Pedro Genaro Rodríguez. Ese libro, nacido de una exposición que su autor define como la materialización de diez años de sol y sal, se convirtió en un proyecto documental sobre la pesca, la empatía y el ser isleño en nuestras transgresiones y riquezas, donde la esperanza es un constante salto de fe. Para acceder a más información sobre el libro, pulsar sobre la portada:

Fiat pisces contiene textos de Pedro Genaro Rodríguez, Domingo Batista, Mario Arvelo, Luis Reynaldo Pérez y Saúl Santana Taveras.
Mario Arvelo, gracias por el nombre de aquella foto [Fiat pisces / Háganse los peces] que se convirtió en todo un proyecto, por apoyarme siempre y creer en mi trabajo.
Pedro Genaro Rodríguez, de la sección Agradecimientos de Fiat pisces (2018, ISBN 9789945597608)
Ensayo «El triángulo vital», por Mario Arvelo, que puede ser descargado en formato PDF siguiendo este enlace:
Yevgueni Bazárov es el personaje central de la novela «Padres e hijos», donde Iván Turguénev describe el período de incertidumbre que rodeó las reformas del zar ruso Alejandro II, promulgadas en 1861, para liberalizar el régimen de servidumbre feudal. Su protagonista encarna el dilema de la nueva generación de clase media, atrapada entre el naciente llamado a la lucha revolucionaria y el disfrute de las comodidades insustanciales de la vida burguesa. Bazárov distingue una posible tercera vía para la juventud de su tiempo: erigirse en puente de una transición del pasado al futuro basada en la razón.
Turguénev formula el planteamiento conceptual del nihilismo como atributo de Bazárov, a quien moldea a partir de sus experiencias de juventud: no aceptar principio alguno como artículo de fe. En su crítica a la ortodoxia, el personaje distingue entre el aprendizaje científico a partir de hechos concretos y el conocimiento infinito que emana de la reflexión personal; en un instante visionario postula un argumento que todo observador había intuido y que hasta entonces ninguno había expresado: “Una imagen representa, de un golpe, aquello que en un libro ocupa diez páginas enteras”.
Cada imagen de Pedro Genaro Rodríguez podría representar diez, cien, mil o un número infinito de páginas.
Su método es la fotografía, que materializa el tiempo.
La mecánica de su arte se vale de la cámara, que integra luces y sombras para transmutarlas en narración, y de las lentes, que seducen los espacios, someten las distancias y descifran los enigmas.
La técnica impone el contraste del negro, el blanco y los grises, porque la esencia de todo cuanto existe solo puede ser elucidada delineando contornos para presentar las formas puras, fundamentales, libres.
Método, mecánica y técnica nos acercan al alma de las cosas. De esta aproximación, suspendida la fugacidad, nace una paradoja: las palabras asociadas a las imágenes de Pedro Genaro Rodríguez adquieren vocación de infinitud, y cada estampa vale tanto como el número continuo e inextinguible de los símbolos que intentan transcribir sus luces, sus sombras, sus negros, sus blancos y sus grises.
Convocados por el fotógrafo, peces, aves y hombres se encuentran en el triángulo vital donde convergen el mar, el cielo y la tierra. Se cuentan las bienandanzas de sus tránsitos desde los abismos salados, desde los vientos invisibles y desde las montañas agrestes. Se preguntan, evocando a Bazárov, cómo cada uno puede cumplir su designio natural en la lucha por la supervivencia.
En la ruta hacia la noche, el pez, el ave y el hombre son uno, al coincidir ayer, hoy y mañana en la playa de la faena, y del descanso.
Las imágenes de Fiat pisces fueron expuestas en Casa de Teatro de Santo Domingo en agosto de 2017 y en la Galería de Arte del Banco Interamericano de Desarrollo en su sede de Nueva York en noviembre de 2018, con la curaduría de Fabián Gonçalves. Para las exposiciones que precedieron al libro, Pedro Genaro Rodríguez invitó a Mario Arvelo a formular una reflexión:

